La prolija actividad religiosa en Parderrubias durante la segunda mitad del siglo XIX

La prolija actividad religiosa en Parderrubias durante la segunda mitad del siglo XIX

Por Juan Carlos Sierra Freire

 

El paso del tiempo condujo a la desaparición de muchos actos y ceremonias religiosas que contaban con gran arraigo en la parroquia de Parderrubias. Mientras que algunas de ellas han evolucionado, otras simplemente han desaparecido.  Más allá de lo que nos contaron nuestros antepasados  más cercanos, el conocimiento que tenemos de las actividades religiosas que se celebraban en el siglo XIX en Parderrubias es más bien escaso. Basándonos en los detallados escritos dejados por el cura don Manuel Belvis en los libros parroquiales, vamos a tratar de recuperar del olvido los actos religiosos más característicos de la segunda mitad del siglo XIX en Parderrubias. Don Manuel Belvis, al que en su momento dedicamos un apartado en la sección de Vecinos Ilustres de Parderrubias, toma posesión de la parroquia de Parderrubias en el año 1859, permaneciendo en dicho cargo hasta 1894, aunque durante algunos de esos años ejercieron de ecónomos don Veremundo Domínguez y don Ramón Pérez Sampayo. El 18 de junio de 1878, a la edad de 70 años, como “contribución a sus sucesores”, describió en el Libro Parroquial los actos devotos que se practicaban en la parroquia. Su detallada redacción nos permite aproximarnos a la religiosidad de finales del siglo XIX en Parderrubias.

Misas de precepto

Comenzando por las misas de los días festivos, estas tenían lugar muy temprano con el fin de que los feligreses no perdiesen la jornada para ciertos trabajos que no podían esperar por el hecho de ser día festivo. De esta manera, se conseguía, según palabras del párroco, una gran afluencia a la misa. Para que la gente no se quedase de tertulia en el atrio de la iglesia antes del comienzo de la misa, se rezaba el Rosario una vez dado el segundo toque de campana.

Cuaresma

En Cuaresma se rezaba todos los días el Rosario al anochecer en la iglesia, realizándose a continuación la Visita de Altares, concluyendo con la Salve. En los días festivos de este tiempo de Cuaresma se realizaban los Ejercicios de las Tres de la Tarde consistentes en “andar el Calvario” (Viacrucis), una lectura en el púlpito del libro “Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola” (libro de oraciones y meditaciones), canto del Acto de Contrición, finalizando con una procesión de la imagen del Ecce Homo cantando los versos de la Pasión por el libro “Despertador Eucarístico y Dulce Convite,…” de Juan Gabriel de Contreras. El jueves, viernes y sábado de la cuarta semana eran los días en los que se celebraba el precepto pascual.

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Los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola

Semana Santa

En Semana Santa, el martes se montaba el Monumento para los Oficios a celebrar el Jueves y Viernes Santo. El Jueves Santo, por la mañana, se realizaban las confesiones y, se celebraba una solemne misa con cantos del “Despertador Eucarístico y Dulce Convite,…” en la comunión. Ya por la tarde se efectuaban las visitas al Calvario hasta las cinco de la tarde, hora a la que se iniciaban los Oficios cantados con toda solemnidad. Tenía lugar el Oficio de las Tinieblas, hoy desaparecido, que giraba en torno a un candelabro (tenebrario) con 15 cirios, que representan a 11 apóstoles, las tres Marías y a la Virgen María, los cuales se van apagando sucesivamente tras la lectura de cada salmo. Una vez finalizado el Oficio salía la procesión hacia O Trabazo, presidida por el Estandarte de Ánimas y la Cruz Parroquial, a los que seguían la Virgen de los Dolores con sus cirios y faroles, el Ecce Homo y el Gran Crucifijo, acompañado también de faroles y cirios. Los sacerdotes que seguían la procesión entonaban el Miserere, y a la vuelta cantaban junto con los niños que participaban en el acto. Al regreso a la iglesia, se rezaba el Rosario. El Viernes Santo, a temprana hora, comenzaban las visitas al Calvario. A las siete se daba inicio al Sermón de la Pasión desde el Púlpito, situándose delante del mismo el Gran Crucifijo fijado en un cepo y que mediante unas ruedas se acercaba al púlpito al finalizar el Sermón. El Sábado Santo tenía lugar una Misa cantada. El Lunes de Pascua se llevaba a cabo una tradición ya desaparecida en la actualidad: la bendición de las casas, que comenzaba en A Nugueira.

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Despertador Eucarístico y Dulce Convite
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Piedad
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Ecce Homo
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Gran Cruz

Mes de Mayo

En el mes de mayo se celebraban las Flores de María, para lo cual se creaba un gran dosel sobre la Custodia con sábanas adornadas de estrellas de papel dorado, formando un altar con la Virgen del Rosario sin el Niño, con diferentes adornos. El altar incluía unas escalerillas sobre las que se colocaban velas y ramos de flores. Durante todo el mes se rezaba el Rosario en la noche. Era tradición que el primer domingo de junio se tuviese una solemne misa con las limosnas que los devotos habían aportado durante todo el mes de mayo, habiendo confesiones el viernes anterior, acudiendo algunos sacerdotes de  parroquias próximas.

Festividad de Corpus Christi

Ya indicamos en otro momento que, probablemente, la Festividad de Corpus se venga celebrando en Parderrubias desde el siglo XVI. Don Manuel Belvis alude a ella como “una función con mucha solemnidad” que incluye una procesión que llega a O Trabazo. En su texto da a entender que previamente a la festividad del Corpus se celebraba una misa en la capilla de San Miguel de Solveira y otra en la de la Magdalena, en las que se cobraban dos reales a cada vecino, entendemos que para la celebración del Corpus.

Festividad del Sagrado Corazón de Jesús e Inmaculado Corazón de María

La Novena del Sagrado de Corazón de Jesús se iniciaba el mismo día de Corpus con la misa de la mañana, para que de este modo terminase el viernes de la semana siguiente a la festividad del Corpus, día del Sagrado Corazón de Jesús.

En el año 1880, don Manuel Belvis, una vez solicitada a Roma la correspondiente bula, instaura en la parroquia la Cofradía de los Purísimos Corazones de Jesús y de María. Por dicho motivo se adquirió un estandarte con ambos corazones para presidir la procesión que tenía lugar el domingo después de la infraoctava de Corpus, día en el que se celebraba el Corazón de María. A dicha Cofradía se refiere don Manuel en la carta que dirige al Director del diario católico El Siglo Futuro (publicada el 23 de diciembre de 1889) para mostrar su oposición, y la de sus feligreses, a una estatua a Giordano Bruno:

“Don Manuel Belvis, Párroco, aunque en la avanzada edad de ochenta y dos años, suplica a Vd. se digne añadir a las numerosas listas de adhesión al mensaje a su Santidad contra el monumento al apóstata Jordán, su persona y las de sus cuatrocientas treinta feligreses, por quienes responde, pues le consta que todos son fervorosos católicos, afiliados a los Corazones de Jesús y María, cuya Hermandad se haya establecida en la parroquia desde hace nueve años”. 

Este estandarte con los corazones de Jesús y María tuvo gran relevancia en la vida religiosa de la parroquia, pues el señor Obispo Cesáreo Rodrigo llegó a conceder 40 días de indulgencia a todos los que asistiesen a las procesiones en las que estuviese dicho pendón. Por ello, presidía también la conducción de los fallecidos de la parroquia desde sus casas hasta la iglesia para que se pudiesen ofrecer por ellos dichas indulgencias.

En el retablo del Altar Mayor fueron colocados dos cuadros, uno con el Corazón de Jesús y otro del Corazón de María, a los que también el señor Obispo concedió 40 días de indulgencias por cada Padre Nuestro o Salve que se rezase delante de cada uno de ellos, respectivamente.

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Sagrado Corazón de Jesús

Meses de verano

Durante los meses de verano, la actividad religiosa no decaía, y así en los días festivos, a las tres de la tarde, se realizaban ejercicios en la iglesia, que consistían en “andar el Calvario”, visitar el Santísimo y a la Virgen María, siguiendo el libro “Camino recto y seguro para llegar al cielo” de Antonio María Claret, concluyendo con un rato de lectura piadosa como, por ejemplo, las obras de Tomás de Kempis, canónigo agustino del siglo XV.

Camino recto
Camino recto y seguro para llegar al cielo

Fiesta del Rosario

En la Parroquia estaba establecida la Cofradía del Rosario, cuya celebración tenía lugar el primer domingo de octubre, manteniéndose dicha fiesta todavía en la actualidad. Don Manuel Belvis instauró durante su regencia de la parroquia la costumbre de procesionar la Virgen del Rosario dos domingos antes de su festividad. La procesión se hacía con la imagen de la Virgen en las andas de cristal hasta la capilla de Solveira en donde permanecía hasta el siguiente domingo cuando por la tarde regresaba en procesión hasta su iglesia. El sábado anterior al regreso de la Virgen a su iglesia daba comienzo la novena que continuaba en los siguientes días al finalizar la misa diaria. Ya el viernes y sábado previos a la festividad del Rosario se realizaban confesiones con siete u ocho sacerdotes con el objeto de ganar las indulgencias concedidas, comulgando el sábado. Ya el domingo, Día del Rosario, se celebraba una solemne misa con un extenso sermón en el que se explicaban los Misterios del Rosario. Al finalizar el sermón tenía lugar la bendición de los rosarios y las candelas gracias a la facultad que tienen los curas de la parroquia como capellanes de la Hermandad. Ya por la tarde salía en procesión la Virgen por los tres pueblos (A Iglesia, Outeiro y Barrrio) cantando el Rosario y finalizando la novena al regreso a la iglesia.

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Virgen del Rosario

Novena de Ánimas

La Novena de Ánimas fue instaurada en la parroquia de Parderrubias por don Manuel Belvis durante el periodo en el que había sido coadjutor de don Francisco Folguerol (1842-1846), antes de hacerse con las riendas de la parroquia. La novena comenzaba el 24 de octubre. Con la finalidad de que los vecinos tuviesen la mañana libre para la recolección de las castañas, cuya cosecha estaba en pleno apogeo, se tocaba a misa entre las 4,30 y las 4,45 horas de la madrugada; a la media hora se daban tres toques de campana. Se celebraba misa, y a su fin se encendían los blandones y se llevaba a cabo el Acto de Contrición de la Novena de Ánimas de Santiago. A continuación se leía un capítulo del libro “Gritos del Purgatorio y medios para acallarlos” de  José Boneta, y seguían las oraciones correspondientes (Siete Ave Marías y Lamentos en Verso Cantados), concluyendo con el responso Ne Recorderis:

Ne recordéris peccáta mea, Dómine.
Dum véneris iudicáre sæculum per ignem.
Dírige, Dómine, Deus meus, in conspéctu tuo viam meam.
Dum véneris iudicáre sæculum per ignem.
Réquiem ætérnam dona eis, Dómine, et lux perpétua lúceat eis.
Dum véneris iudicáre sæculum per ignem.
Kyrie, eléison, Christe, eléison. Kyrie, eléison.

El último día de la novena tenía lugar el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) a las cuatro de la tarde, concluyendo con la renovación del Voto de las Ánimas. Al día siguiente, Día de Fieles Difuntos, con el fin de que los feligreses que acudían a la Feria de Allariz pudiesen oír misa, se celebraban varias, la primera a las cinco de la madrugada.

Gritos
Gritos del Purgatorio y Medios para Acallarlos

Novena de la Purísima Concepción

En esa época, gracias a la labor de don Manuel Belvis, se habían constituido en la parroquia los Coros de las Hijas de María.  A ellos se hace referencia en la noticia publicada en el diario católico El Siglo Futuro, de fecha 11 de junio de 1889, que recoge el Acto de Celebración del XIII Centenario de la Unidad Católica, que había tenido lugar en As Maravillas el 30 de mayo de ese año:

“Cuando estaba ultimándose la colocación de personas y cosas, un gran murmullo nos hizo mirar hacia la izquierda, y era procedido de la llegada del nunca bien ponderado señor Abad de Parderrubias, capitaneando una gruesa procesión precedida de varios Coros de Hijas de María, montado en su yegua, y permaneciendo en este estado hasta dejar unida su gente a la que ya estaba colocada”.

Por dicho motivo, se celebraba la Novena a la Purísima Concepción, que daba comienzo el día de San Andrés, 30 de noviembre. Con la ayuda de las limosnas y donativos recaudados durante la Novena de Las Ánimas y el Día de Fieles Difuntos se organizaba una serie de actos los días 6 y 7 de diciembre con un buen número de confesores. En el día de la Purísima Concepción tenía lugar una misa solemne. Existían también Coros de la Felicitación de la Virgen que tomaban protagonismo los sábados.

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Purísima Concepción

Otras novenas

En la parroquia de Parderrubias, además de las novenas descritas, se celebraban también, en esa época, la Novena de San José (19 de marzo) y la Novena de San Antonio de Padua (13 de junio).

En definitiva, Parderrubias fue durante la segunda mitad del siglo XIX una Parroquia muy prolija en celebraciones religiosas, de las cuales en alguna ocasión hemos oído hablar a nuestros antepasados más cercanos. Gracias al meticuloso trabajo llevado a cabo por el párroco don Manuel Belvis en ese tiempo, las generaciones futuras pueden tener conocimiento de ellas, e incluso imaginárselas, pues los contextos geográficos a los que se alude en sus escritos siguen existiendo.


Nota del autor. Agradezco a César González Fernández la revisión y corrección de la versión final de este artículo.

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