Por Juan Carlos Sierra Freire
El 13 de mayo de 1880, el párroco de Parderrubias, don Manuel Belvis, solicitaba por carta al obispo de Ourense, don Cesáreo Rodrigo y Rodríguez, la creación de las Cofradías de los Santísimos Corazones de Jesús y María.
“Exmo. e Ilmo. Señor Obispo de Orense. Don Manuel Belvis, Cura Párroco de Sta. Eulalia de Parderrubias a V.E.I., con el debido respeto, Expone: Que desea promover en esta parroquia el culto a los Corazones de Jesús y María, y suplica a V.E.I. se digne autorizar la creación de ambas cofradías, para luego solicitar de Roma la agregación a aquellas a fin de poder ganar las indulgencias. Gracia que espera de V.E. y cuya vida guarde Dios dilatados años. Parderrubias, mayo 13 de 1880”.
La respuesta afirmativa pronto llegó a Parderrubias:
“Damos nuestro consentimiento para que en la parroquia de Sta. Eulalia de Parderrubias se establezcan las asociaciones del Sagrado Corazón de Jesús y María”.

Don Manuel Belvis justifica la necesidad de ambas cofradías en la parroquia haciendo referencia al origen de esta devoción y a la relevancia que tenía el Sagrado Corazón de Jesús para los católicos. Alude a su origen en la figura de Santa Margarita María de Alacoque. Las revelaciones místicas que esta santa comienza a experimentar en la Francia de 1673 constituyen el nacimiento de este culto. En esas revelaciones, Jesús le dio a entender que el deseo que tenía de ser amado por los hombres le llevó a mostrar su corazón. Le transmite el gusto de ser honrado en la figura de un corazón de carne, prometiendo que en donde se expusiera esta imagen para ser ensalzada, se liberaría todo género de bendiciones. Las apariciones de Fátima del año 1917 generalizarían este culto.
La necesidad de una cofradía en honor al Corazón de María, don Manuel la encuentra en una supuesta conversación entre el papa Pío IX y un cura que había ido a visitarle:
“¿Tenéis en vuestra parroquia la Archicofradía del inmaculado corazón de María? ¡Oh, qué medio tan poderoso para la conversión de los pecadores! Su rápida propagación por todas partes, las admirables conversiones que de ella se han seguido y los bienes espirituales que se han alcanzado por la misma son una prueba evidente de que es muy agradable a Dios y utilísima a las parroquias. ¡Oh, cuantas han cambiado por ella su estado normal! ¡Establecedla!”.
El 25 de mayo de 1899, el Papa León XIII, en la encíclica Annum Sacrum anuncia la consagración de la humanidad al Sagrado Corazón de Jesús, así como diversas indulgencias por su devoción.
Una vez constituidas las cofradías en Parderrubias, don Manuel Belvis adquiere un estandarte con los Sagrados Corazones de Jesús y María que presidiría las procesiones. El obispo don Cesáreo Rodrigo concedió cuarenta días de indulgencia a cada uno de los que se inscribiesen en la Hermandad, más otros cuarenta a los que siendo Hermanos, asistiesen a alguna procesión en la que fuese el estandarte de los Corazones de Jesús y María.
En el año de la constitución de las Cofradías se inscribieron 131 Hermanos, número que se fue incrementando con el paso de los años. El listado de Hermanos registrados en las Cofradías de los Corazones de Jesús y María ocupa quince páginas del libro parroquial, en concreto, aparecen listados 548 nombres, hombres y mujeres naturales de la parroquia (Barrio, A Iglesia, Nigueiroá, O Outeiro, Valdemouro, Bouzas, Fondo de Vila, Matusiños, Nugueira, Solveira y Vilachá) y de pueblos de los alrededores (Barxa, Couxil, Espinoso, Freixo, Loiro, Lovios, A Merca, Merouzo, Montelongo, Ourense, Paio Muñiz, Pereira, Pías, Piñeira, Proente, Rabal, Sabucedo, Sabuz, San Cibrao das Viñas, Sandiás, Santa Comba, Santa Eulalia de Anfeoz, Sobrado, Soutomaior y Soutopenedo). Estos números ponen de manifiesto la importancia que esta Hermandad tuvo en la parroquia de Parderrubias.
Igual que ocurrió con otras muchas instituciones y tradiciones, el paso del tiempo hizo que la Hermandad cayese en la inactividad y en el olvido, quedando como recuerdo únicamente el estandarte de los Sagrados Corazones de Jesús y María, que todavía se puede ver abriendo la procesión del Corpus, el domingo posterior al jueves de Corpus Christi, y la de la Virgen del Rosario, el primero domingo de octubre.