(Actualizado: 9 de abril de 2023)
EN EL AÑO 2015 SE HAN CUMPLIDO 250 AÑOS DE LA CONSTRUCCIÓN DE LA ACTUAL IGLESIA PARROQUIAL DE SANTA OLAIA DE PARDERRUBIAS

“Se ha edificado en 1765, el cuerpo principal, sacristía y coro de la iglesia de Santa Eulalia de Parderrubias, jurisdicción de Sobrado del Obispo. Se fijaron cédulas en Orense, Allariz y jurisdicción de a Marca y habiendo concurrido a la subasta Francisco Costa de Allariz, Andrés Malvar de Aguasantas y Luis Senra de Carballeda, fue dada la obra a éste como mejor postor, comprometiéndose con el abad de dicha parroquia, D. Manuel Rodríguez a hacerla en la cantidad de 9.400 reales, el 24 de noviembre de 1765. Tendría de largo 14 varas, 7 de ancho y 6 de alto desde el losado a la techumbre; llevaría tres arcos en el cuerpo de la iglesia y otro a la entrada del crucero; haría dos arcos colaterales metidos en la pared, cuatro ventanas, dos de cada lado en el cuerpo de la iglesia; y en la capilla mayor que será cuadrada, dos”.
Fuente: Couselo-Bouzas (1933, pp. 616-617).
Cabe suponer que su construcción fue realizada sobre alguna antigua capilla. Ya en el año 1434 existía una antigua iglesia, cuya advocación era a Santa Eulalia (Olaia), en la que sería enterrado el párroco don Juan García Andrés de la Calle (1530-1596), quién dejó el encargo de una importante obra pía de estudiantes pobres en Huércanos (La Rioja), su pueblo natal. El tamaño de esta iglesia era reducido, y así en las visitas episcopales realizadas entre 1580 y 1583 queda ya patente la necesidad de su ampliación y de reformas en el campanario y en el tejado. El 4 de agosto de 1592, los entalladores Gedeón Culcol y Ambrosio de Carnet conciertan por 57 ducados (sin incluir los materiales) la obra de un retablo en el cual «habrá una imagen de Nuestra Señora que incha el hueco y caxa del mismo, y en el remate de arriba, un cristo en la Cruz; y en el ondo del retablo la caxa para la custodia… y ha de haber seis serafines» (Pérez Constantin, 1930).




En el año 1768, tres años después de finalizada la construcción de la Iglesia Parroquial, se concluye las obras del Retablo Mayor y de los dos Retablos Laterales. Esta es la descripción que Couselo Bouzas (1933, p. 616) hace de dicha obra:
“Manuel das Seixas, Juan Antonio Martínez, de Villanueva de los Infantes, construyeron, en 1767, el retablo mayor y dos colaterales para la Parroquia de Santa Eulalia de Parderrubias, en 7.500 reales” (p. 72). Seixas (Manuel). Escultor. “Tenía su vecindad en S. Juan de Vivero, jurisdicción de Villanueva de los Infantes. En compañía de Juan Antonio Martínez, de la misma vecindad, ejecutó la obra de tres retablos, mayor y colaterales, para la Iglesia de Santa Eulalia de Parderrubias, “recientemente edificada”, en la cantidad de 7.500 reales. Hizo el contrato con estos escultores, como mejores postores, en 15 de marzo de 1767, el párroco de dicha parroquia, D. Manuel Rodríguez. Ocuparía el mayor toda la pared de alto y ancho y llevaría ocho cajas para ocho imágenes; en las bajas pondrían San Benito y San Antonio de Pádua, de cuatro cuartas; en la segunda fila tres cajas con las imágenes de Santa Bárbara, Santa Lucía y Santa Eulalia, ésta como patrona en la del medio, cuya caja llevaría todo alrededor una puntilla; la tercera otras tres cajas, en la del medio la Dolorosa con su hijo en brazos al pie de la cruz y a los lados dos ángeles vestidos, el uno con la corona de espinas en una mano y en la otra un pañuelo en actitud de limpiar las lágrimas, y el otro con los clavos y otro pañuelo; en las de los lados las estatuas de San Francisco Xavier con sobrepelliz y estola y un crucifico en la mano, en una, y en la otra San Antonio Abad, cada una de cinco cuartas. Los colaterales llevarían dos cajas cada uno y el alto que el sitio indica. Serían terminados en todo el mes de noviembre de 1768”.
Fuente: José Couselo Bouzas. Galicia Artística en el siglo XVIII y primer tercio del XIX. Publicado en 1933.
Hay que señalar que la distribución actual del Retablo Mayor difiere de la original. Desde la parte superior hasta la inferior, de izquierda a derecha, el Retablo Mayor incluye las figuras de San Roque, Santa Eulalia, San Benito, San José, Santo Cristo, San Antonio de Padua, Sagrado Corazón de Jesús, Niño Jesús y Virgen del Carmen. Cabe resaltar por su gran belleza dos magníficos relieves que representan la Visitación de la Virgen a su prima Isabel, y el Nacimiento de Jesús y Adoración de los Pastores.




En los retablos laterales sobresale de manera especial la figura de la Virgen María. En el de la izquierda, en el centro, se ubica la Inmaculada Concepción y en la parte superior encontramos a Santa María Magdalena, San Antonio Abad y a Santa Lucía, esta con sus ojos en una bandeja. En el retablo de la derecha se puede observar a la Virgen del Rosario (de gran devoción en nuestra Parroquia), a una Piedad adquirida por el párroco don Juan Ignacio Lumbrera a finales del siglo XIX (1849-1853), a San Ramón Nonato y a Santa Bárbara. En el año 2016 fueron reubicadas, en los laterales de la iglesia, cuatro tallas que habían sido retiradas a finales de la década de los sesenta y que ya estaban inventariadas junto a las restantes piezas artísticas en el año 1879. Así, de nuevo podemos observar en el lateral derecho las esculturas del Ecce Homo y de San Cayetano, y en el izquierdo la de la Virgen de los Dolores y la de San Benito de Palermo.
Los tres retablos, el mayor y los dos laterales, fueron dorados siendo párroco don Francisco Folguerol (1830-1848).


De las paredes laterales de la iglesia cuelgan las catorce estaciones de un bellísimo Viacrucis confeccionado y donado por los Hermanos Garrido («Os Escultores») de Parderrubias en la década de los cuarenta.
A continuación se presentan diferentes perspectivas de la Iglesia Parroquial de Parderrubias:
Como algo habitual en las iglesias rurales de Galicia, el camposanto está pegado a la propia iglesia. En el caso de Parderrubias, el cementerio la rodea prácticamente, de modo que para acceder a su interior necesariamente hay que pasar por las sepulturas situadas en la fachada principal o en el lateral derecho.



Dentro del conjunto que conforma la iglesia parroquial destaca una gran pila bautismal de granito, que después de cumplir con su función durante generaciones, fue reubicada en los años setenta en el exterior como elemento ornamental, y que en la Semana Santa de 2023 volvió al lugar que ocupaba en el interior de la iglesia como custodia del agua bendita.